De Fernández a Fernández Nació este Zaragoza bajo el paraguas de un Fernández, Víctor, donde, según David Navarro se vivía muy bien y muere arrollado por mil inmisericordes olas agarrado con desesperación al salvavidas deshilachado de otro Fernán
Alivio. Alive. Los dos últimos minutos de vida siempre son difíciles. El umbral que nos lleva al final es un túnel límpido y ajeno que muy pronto hacemos propio, lo que nos invita a mirarle a la cara al futuro sin despreciar el pasado. Algo así se vi
De bajos vuelos Dicen que el fútbol, cuando se juega en formato liga, pone a cada uno en su lugar. Es posible que así sea. Pero también lo es que a lo largo de un partido un mal juez puede decantar injustamente el resultado con sus decisiones. Eso ocur
Entalto afición! ¿Cómo hablar? ¿Cómo sostener el corazón cuando la noche del infierno cubre toda esperanza? ¿Cómo, en fin, sobrevivir a la tragedia que cubría el futuro del club de tus amores? Solo había una respuesta: con goles. Que no se adivi
Persiguiendo sombras No es el día de ayer una jornada para recordar. O sí: mejor no olvidarla, para no repetir el oprobio que sufrió el escudo. Porque ni siquiera es digna de una crónica elaborada con un mínimo de amor blanco y azul. No. La fecha de
Que no te fagan plorar ¡Dios, qué buen partido si hubiera habido buenos jugadores! Eso podría pensar el zaragocismo si acudiese al mítico vigésimo verso del Cantar de Mío Cid para describir el embarrado partido que ayer nos ofreció el Real Zaragoz
Error, horror Cuando se apaga la luz antes de que nazca el sol es imposible creer en la vida. Si eso ocurre es porque negamos el amanecer, rechazamos el atardecer y nos rendimos a la negrura de la noche. Ayer, el Real Zaragoza jugó un partido triste, mal
Elijo la locura El Real Zaragoza se ha convertido en un maremoto de emociones descontroladas, en un vendaval de sensaciones invertebradas, en un seísmo constructor de corazones desbocados. Ayer La Basílica se pareció más al Vesubio en plena erupción
Sin ti no soy nada Tenía razón Gabi: la salvación, si se da, llegará de la mano de La Basílica. Sin ella, el equipo se funde, pero su voz, su calor, la pasión que derrama en cada rincón de su viejo cuerpo son las herramientas que sustentan a este d
La muerte tiene un nombre Aunque nos pongamos creativos, no es posible. Aunque nos empeñemos, no es posible. Aunque vivamos de sueños, no es posible. De ninguna manera. Este Zaragoza nos duele el alma y sus partidos se cuentan por intentos de autodestru