Aunque nos pongamos creativos, no es posible. Aunque nos empeñemos, no es posible. Aunque vivamos de sueños, no es posible. De ninguna manera. Este Zaragoza nos duele el alma y sus partidos se cuentan por intentos de autodestrucción, a cuál más certero. Cuando estamos a punto de no recordar qué se siente cuando se logra una victoria, cuando no queda tiempo para la esperanza, cuando casi se nos ha acabado el crédito que nos damos a nosotros mismos, el equipo de nuestros amores, con el que crecimos y vivimos hechos legendarios, se acomoda la soga en el cuello y anuncia un salto al vacío de previsibles consecuencias.
Gabi presentó un cuadro soldado a la idea de la contención, la solidaridad, la solidez y la consistencia. Ofreció al zaragocismo un concepto cercano a la Línea Maginot, pero del mismo modo que la muralla fortificada francesa no fue suficiente para proteger al país galo, el sistema dispuesto por el entrenador zaragocista se hundió a causa de las torpezas de sus jugadores.
El Racing comenzó apurando al equipo aragonés. El balón y el juego eran cántabros y muy pronto los de José Alberto amenazaron en serio con una internada de Aldasoro. El sufrimiento, que ya venía de serie desde Zaragoza, se hizo carne. Poco después sería Íñigo Vicente el que lo intentara con una vaselina defectuosa.
A partir de entonces los tomates calmaron las agitadas aguas santanderinas. Incluso se atrevieron a atreverse. Lo hizo Francho, quien voleó a la salida de un córner. Sin embargo, pronto constatamos que lo que veíamos era un espejismo. Calero, en muy pocos minutos, cometió dos acciones que fueron premiadas con sendas tarjetas amarillas, la segunda de ella merecedora de un penalty complementario. No se puede ser más desafortunado. No se puede ser más torpe. Y el árbitro, peor profesional, cuya actuación no justifica pero explica la derrota zaragocista, en parte debido a su maliciosa interpretación del reglamento.
Expulsión y pena máxima en contra en el minuto 30. Dos detalles que nos ayudan a comprender el grado de demolición en que se halla este equipo y su incapacidad para competir con garantías en una liga que lo está devorando sin compasión. Afortunadamente Poussin detuvo el disparo cruzado de Andrés, abriendo de nuevo la ventana a la ilusión.
Gabi se vio empujado a retocar su equipo y lo hizo poniendo en el verde a Luna y quitando a Dani Gómez. Un soplo de futuro corto que sirvió para llegar con el empate a cero al descanso, lo que por lo visto hasta el momento era una proeza de alto nivel.
El viento a favor tan improbable como cierto instó a Gabi a modificar un poco más la disposición de los chicos. Liso y Bazdar sustituyeron a Soberón y Arriaga, con la intención manifiesta de apuntalar la presión alta y apostar por alguna jugada de fortuna con la que morder al elegante Racing. No era mala idea, pero en este equipoo sus jugadores ya se han acostumbrado a convivir con el error y si no se da, lo provocan. Un saque de esquina nada más reanudarse el partido fue la herramienta que utilizó el equipo local para conseguir el 1-0. Un pase corto, un centro cómodo y un cabezazo aún más confortable de Pablo fue el relato de un gol que le rompió la cara al famélico Zaragoza.
Buen bandión, desde luego, pero es justo recoger que este grupo ha recuperado cierto grado de orgullo y demuestra capacidad para esforzarse ante las adversidades. En esas estaba cuando fue capaz de armar una jugada que al final remató Moya aunque su chut se fue a las playas del Sardinero. No estaba mal, dadas las circunstancias. No estaba mal, en efecto, pero estos chicos y el universo zaragocista en global está dispuesto a morir por méritos propios. El ejemplo, el error mastodóntico de Jair en el minuto 67, cuando salió al corte de un balón inofensivo como el mordisco de una sargantana. Por allí pasaba Andrés, quien aprovechó el regalo para cobrarse la revancha del penalty fallado.
No se puede hacer peor. No se encuentran argumentos que nos ayuden a explicar cómo es posible que un equipo que llegó a ser lider incontestable durante varias jornadas esté rodando ahora por la ladera del infierno. Este grupo modorro da pampurrias y aunque nos demos mil pizcos nos va a costar mucho despertar de esta baruquera.
El partido recorrió varios caminos yermos para llegar al minuto 80, cuando Luna logró un gol que fue anulado porque el VAR firmó que el zaragozano había tocado el balón con el brazo. Habría dado igual. Al Racing le bastaba y sobraba con meter media marcha más para destrozar al Zaragoza, que no encajó más goles porque ni Andrés ni Karrikaburu necesitaron espiazar al rival.
La noche llegó de la mano de la parca, que enarbola una enorme guadaña cuya hoja está adquiriendo tonalidades blancas y azules, cada semana más nítidas. Y a su amparo agoniza un equipo que habita en un fangal del que parece muy difícil que pueda salir. El zaragocismo tiene ante sí un desafío de proporciones colosales. En su corazón tiene que nacer una fuerza incontestable que contribuya a sujetarnos a la vida.
R Rácing Santander:
Joki; Michelin; Manu Hernando, Castro, García; Maguette (Róber, 70′), Aldasoro (Vencedor, 70′), Pablo (Meseguer, 70′); Iñigo Vicente (Sangalli, 78′), Andrés Martín, Arana (Karrikaburu, 86′).
Real Zaragoza:
Poussin; I. Calero, Vital, Jair Jr, Tasende; Arriaga (Liso, 46′), Toni Moya (Aketxe, 66′), Francho, Raúl Guti; M. Soberón (Baždar, 46′), Dani Gómez (Luna, 40′).
Goles:
1-0 Min.47, Pablo Rodríguez; 2-0 Min.68, Andrés Martín.
Árbitro:
Sr. Pérez Hernández. Amonestó a Castro, Aldasoro y Maguette por parte local y a Arriaga, I Calero (doble amarilla y expulsión), Toni Moya y Guti por parte visitante.
Incidencias:
Partido de la Jornada 33 de LaLiga Hypermotion 2024-25 disputado en los Campos de Sport de El Sardinero.
Poussin: 3. Detuvo un penalty y un par de balones serios.
Calero: 0. Torpe y descuidado. Dejó al equipo con diez.
Jair: 0. Su error en el segundo gol acabó de matar al equipo.
Vital: 2. Correcto y ordenado.
Tasende: 1. Su lateral es un balneario para el contrario.
Arriaga: 1. Desajustado y poco centrado.
Moya: 1. Vacío de contenido.
Francho: 2. Luchador pero inexacto en su juego.
Guti: 3. Un volcán, un seísmo sin compañía.
Dani Gómez: 1. Ausente y alejado del gol.
Soberón: 1. Aislado y desconectado.
Luna: 2. Trabajador y afilado en ataque.
Bazdar: 2. Tuvo ciertos fogonazos de clase.
Liso: 1. Luchó y porfió pero no acertó.
Aketxe: 2. Se presentó al partido y quiso estar.
por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello