Moverse un poco, maños El tranvía de Zaragoza, en Pilares, no empieza lo que acaba. Durante varios días ve fragmentado su recorrido para dar paso a la fiesta. Es un transporte “interrumpido”. Y algo así le sucede al Real Zaragoza. No consigue ejec
Yo sabré vencer Cuando un entrenador desnuda las carencias de su equipo a pesar de haber salido victorioso quiere decir que algo no ha funcionado, aunque el viento del éxito amortigua la crítica. Algo así sucedió ayer, cuando Escribá habló de lo ma
Cierzo detenido Otra más. Otra decepción la que vivió ayer la sufrida afición zaragocista. Otro tropezón que sabe a descarrilamiento en unos viajeros que llevan más de diez años atravesando una estepa helada y miserable en la que no hay estaciones
Olas en el puerto En Ferrol pasan pocas cosas. Al menos, no tenemos noticias de ellas. Tampoco de lo que hizo el Real Zaragoza en su visita a la cuna del autor de “Raza”. Si acaso un leve eco nos habla de un partido desustanciado, vacío de contenido
Esa extraña igualdad El Real Zaragoza ha vivido unos días mareados, arrebatados por las olas de viento contrario que provocaron las lesiones de Lecoeuche, Francho y, sobre todo, Nieto. Además, llegaron al puerto blanquillo naves con velas negras en for
La mirada aún más alta ¿Quién dijo que el fútbol es bello por sí mismo? ¿Quién nos hizo creer que cabe la hermosura aunque la victoria no nos acompañe? Si alguien nos convenció de ello no ha visto jugar a un equipo campeón como el Zaragoza. Est
La victoria que no cesa Hay pocas certezas en el fútbol. Se podría decir que ninguna. Un balón parado, un penalty, una expulsión. Mil situaciones inmanejables pueden dar al traste con el mejor plan, con la estrategia perfecta. Sin embargo, hay equipos
Hermosa Esta es una crónica que se escribe con “a”. En ella, estimada persona que nos lees, solo encontrarás palabras adjetivas y expresiones sustantivas femeninas. ¿Hace falta explicación? Eso sí, esta decisión no impedirá que la narración no
El calor de la victoria Calor. Hace mucho calor en el corazón del zaragocismo. Los latidos del león retumban aún en las cúpulas de la Basílica después de contemplar cómo los tres puntos duermen, de nuevo, en la orilla del Ebro. Con el brillo de la
Eppur si muove Hay frases afortunadas, frases mágicas e incluso frases apócrifas. Pero también podemos generar expresiones que alcanzan la categoría de legendarias. Eso puede sucederle al ya estruendoso “¡Moverse, maños, moverse!”. En pocas sema